Samanta Schweblin nació en 1978 en Buenos Aires, donde estudió cine y televisión. Sus libros de cuentos El núcleo del disturbio (2002), Pájaros en la boca y otros cuentos (2017) y Siete casas vacías obtuvieron, entre otros, los premios internacionales Casa de las Américas, Juan Rulfo y Narrativa Breve Ribera del Duero. Su primera y celebrada novela, Distancia de rescate (2015) fue nominada en 2017 al Man Booker Prize. En 2018 ganó el premio Shirley Jackson y fue elegida por el Tournament of Books como mejor libro publicado en Estados Unidos. Autora traducida a más de veinticinco idiomas, ha vivido brevemente en México, Italia y China; en la actualidad reside en Berlín, donde escribe y dicta talleres literarios.
“Una de las novelas más convincentes y fantásticas que jamás haya
leído”. --Book Riot
“Hasta el momento, Samanta Schweblin había enfocado sus
libros de los dobleces de la vida cotidiana. Aunque de vez en
cuando coqueteara con lo fantástico, por lo general se mantenía de
“este lado” de la realidad; es decir, mostrando que en cada persona
habita un extraño, y que el horror se halla apenas agazapado a la
espera de una circunstancia que lo convoque. Pero el futuro es
siempre una tentación: en Kentukis, su nueva novela, la escritora
argentina . . . decidió proyectar esa misma realidad, imaginando un
universo inquietante y a la vez, posible demasiado cercano”. – La
Nación
“Schweblin encabeza la rejuvenecida pulsión por narrar influida por
los talleres literarios, la cultura audiovisual (la autora estudió
Diseño de Imagen y Sonido) y el vaivén de siglo 21 entre realismo y
fantástico. Kentukis borronea esa distinción al límite de la
desaparición, en tanto la confección de uno de sus muñecos espías
es perfectamente factible”. –La Voz, Argentina
“Lo genial no es lo que dice Schweblin, sino cómo lo dice. Tiene un
diseño tan enigmático y disciplinado que el libro parece pertenecer
a un nuevo género literario”. --The New Yorker
“Aterradora y brillante”. --The Guardian
“No creo que esta novela se deba despachar dictaminando sólo
que es una alegoría sobre la dependencia del hombre contemporáneo
con los artilugios tecnológicos que lo rodean. Sobre esto trata,
obviamente. Pero también es un alegato contra la excitante y
gustosa alienación que nos regalamos. Los kentukis no son seres
inocentes, ni siquiera a lo mejor buena gente. Eso sí, tienen algo
sublime o espantoso. Pueden descubrirnos lo peor y lo mejor de
nosotros”. –El Pais
“Samanta Schweblin terminará lastimándote, no importa qué tan
seguro te sientas”. --Jesse Ball
“El estilo único, el ritmo rápido y la narración increíblemente
sabia y compacta crean una novela especial que permanecerá en tu
mente mucho después de que cierres este libro”. --Etgar Keret
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